Después de la guerra, y por falta de recursos, se recuperan las camisetas con cuello y cordones, pero el escudo sufre una nueva variación que ya se quedará, con muy pocas actualizaciones, como el eterno del club madridista. Cierta recuperación económica y un sueño de grandeza en la mente del presidente Santiago bernabéu (que daría nombre al estadio en 1954), la camiseta recupera el cuello redondo, de manga larga en invierno y corta en verano.