En los años 1990 se permitió que cada club pudiera inscribir hasta cinco extranjeros, lo que sumado a los elevados salarios convirtió a este torneo en un lugar de retiro para las estrellas del fútbol europeo y sudamericano. Los equipos japoneses pueden inscribir hasta cinco extranjeros por plantilla. La presencia de jugadores extranjeros ha sido habitual en la liga japonesa desde su creación.