En la final de la Recopa de 1989 que los blancos conquistaron ante el Casera, Petrovic anotó 62 puntos y se llevó todos los elogios. Una tendinitis le apartó de la lista ante el Zaragoza en la decimotercera jornada de la ACB. La marcha de Petrovic a Portland, franquicia donde Martín no había podido dejar su sello, le volvió a convertir en la máxima referencia del Madrid, dirigido por George Karl.